Todo o
nada. Esa es la cuestión!! La inercia
actual, nos lleva a dirigir a los equipos en una sola dirección; La de los resultados. Si están, nada importa ya. Por el contrario,
si no se consiguen se despide y se vuelve a contratar. Esta es la ruleta en la
que estamos metidos. Hagan juego señores!!!
Las
empresas están para ganar dinero. Esto no lo cuestiona nadie. Como tampoco se
cuestiona la necesidad de alcanzar unos objetivos. Sean mensuales, trimestrales
o anuales. Estoy cuestionando las formas y los estilos de gestión. Son tan viejos como nuestros políticos
actuales. No han evolucionado y están estancados. Siguen sin conectar con la
clave de todo; las personas.
Las personas,
son el mayor activo de este mundo. Como lo es también para todas las empresas. Que ciegos estamos!! Es verdad, que el ser
humano puede llegar a ser muy destructivo para el futuro del planeta tierra pero
aparquemos esto por un momento y centrémonos solo en el aspecto empresarial.
Hace
tiempo que se quedó obsoleto el sistema de Taylor (producción en cadena) para
dar paso a un ser humano global. No con el único propósito de hacer cosas (Taylor),
sino de avaluarlas, cuestionarlas, sentirlas,
liderarlas, planificarlas, corregirlas, diseñarlas, etc….
El eje
principal de evaluación de un ser humano está en sus resultados. Los resultados
se sustentan de hechos, creencias, conocimientos, genética, educación, experiencias,
voluntades, programaciones, motivaciones, formación y familia. Esto es lo que
forma principalmente el esquema mental /conciencia
de un ser humano. Es el terreno de juego donde se mueve todo en una u otra
dirección. Hay veces que se ganan partidos y otras veces, se pierden
escandalosamente. También se baja o se sube de división e inclusive es donde cuelgas
las botas o simplemente desapareces. ¿Cuantos líderes se molestan en llegar a conocer
el esquema mental/ conciencia de sus trabajadores? Desgraciadamente, muy pocos. Es ahí donde se cuece todo.
Es verdad que no hacemos milagros. Es decir, no
podemos ayudar a nadie que no se quiera ayudar a sí mismo. Pero para todos
aquellos que si están voluntariosos por crecer y mejorar tenemos la obligación de
no fallarles.